sábado, 24 de noviembre de 2012

¿Teorías conspirativas? ¿Intuición o superstición?


Todos tenemos un poco de “conspiroide” dentro de nosotros. La idea de que hay “fuerzas” actuando en contra de nosotros o nuestros intereses es muy llamativa y, en ciertos casos, muy útil, nos ayuda a prestar más atención a nuestro ambiente y a darnos cuenta de las cosas y situaciones que nos rodean y que nos pueden afectar. El pensamiento “conspiroide” es por lo tanto algo intrínseco nuestro, es una característica evolutiva y adaptativa, como la ansiedad, y cumple una función muy útil, el mantenernos atentos frente a conspiraciones reales, pero al igual que con la ansiedad, aunque cumple una función útil, el dejarla correr “libre” y “salvaje” puede ser un serio problema cognitivo, el cual, al igual que con la ansiedad, puede ser muy difícil vencer una vez se ha caído en él. Entonces el pensamiento conspiracioncita (o “conspiroide”, como yo le digo de cariño) no es algo que tan sólo unos cuantos “locos” presentan, no es simplemente una falla patológica y/o psiquiátrica, como algunas veces se explica (aunque sí presenta ciertos elementos de esto último, en especial en los extremos, de nuevo, igual que con la ansiedad), todos podemos llegar a caer en la trampa de volvernos unos “conspiroides” de tiempo completo, y es una trampa de la cual es muy difícil escaparse una vez hemos caído en ella.

Pero ¿cómo así que por un lado decimos que hay conspiraciones reales y por otro lado decimos que hay unas que son trampas? Es muy simple realmente, una conspiración no es más que un acuerdo entre dos o más personas, con el fin de lograr un objetivo secreto y/u oscuro. Por ejemplo, el que tu mamá y tu novia se pongan de acuerdo para hacerte, de manera sutil y sin que te des cuenta, cambiar tu forma de vestir es una conspiración, están conspirando en busca de un objetivo de manera secreta. Y el que tu intuyas que algo “raro” está pasando es tu pensamiento “conspiroide” en acción. Y por supuesto hay conspiraciones con fines criminales (no todas son tan “inocentes”), hace unas semanas publicamos una lista de las 5 conspiraciones reales más grandes y famosas (dos de ellas para los que las quieran googlear: El plan Blancanieves (Snowwhite) de la iglesia de Cienciología y el famoso 5 de Noviembre y Guy Fawkes). Cuando nos referimos a las “trampas” que son las teorías conspirativas, nos estamos refiriendo a lo que se suele conocer como la “Grand Conspiración”, y es lo que su nombre implica, la idea de una gran, inmensa y poderosa conspiración mundial a la cual se le van añadiendo pequeñas conspiraciones (normalmente tan sólo se les dice teorías conspirativas, y a los que creen en ellas yo les digo, también de cariño, “conspiroides”). En palabras cortas una Grand Conspiración (o teoría conspirativa) se trata de la idea de varias organizaciones y muchas, muchísimas personas trabajando en conjunto durante largos periodos de tiempo, incluso tan largos como siglos y siglos (normalmente bajo el control de una sola y poderosa organización, como los “Illuminati” o los “Masones”, o lo que el último libro de Dan Brown diga) para expandir su poder y eventualmente dominar el mundo entero.

Para los “conspiroides” el mundo se divide en tres tipos de personas:

1- Los conspiradores: Normalmente organizados en una sola entidad extremadamente poderosa, con recursos casi infinitos y malvadas intenciones. Pero que a pesar de tener este infinito poder y recursos cometen errores casi infantiles que permiten que los “conspiroides” sepan de su existencia y sus intenciones. Como, por ejemplo, el colocar su símbolo en los dólares y mantenerlo allí. Si se supone que los Illuminati son tan poderosos y secretos, ¿por qué colocarían y mantendrían su símbolo en donde todo el mundo lo pueda ver?... Ese es un error infantil y absurdo, que no encaja con las demás atributos que les asignan a los Illuminati.
2- Los “conspiroides”: Ellos, según ellos mismos, son los “elegidos”, los “inteligentes”, los únicos capaces de leer “entre líneas” y ver a los conspiradores y la conspiración en acción. Con esta simple descripción nos damos cuenta del poder psicológico que puede tener el pensamiento conspiroide, y como puede hacer sentir a un individuo “muy especial” y “único”.
3- Los “borregos”: El resto de las personas, más del 99% del mundo, según los conspiroides, son simplemente borregos, incapaces de ver la conspiración, o tan “brutos” de no aceptar lo que ellos les están revelando y de lo que ellos los quieren “salvar”.

Así vemos uno de los atributos más importantes de la trampa del pensamiento conspiroide, te hace sentir “especial” y parte de un grupo de “iluminados” que quieren salvar el mundo de los malvados conspiradores.

El clásico y extremo ejemplo de una grand teoría conspirativa, y que ya he usado aquí, es la creencia en los Illuminati, sobre los cuales se cree son una organización “fantasma”, una especie de gobierno mundial escondido, y de mucha antigüedad, y casi infinitos recursos y poder, cuyo fin es traer un “nuevo orden mundial” (y este último es el nombre que se le suele dar a esta teoría conspirativa “NWO”, por sus siglas en inglés). Los creyentes en los Illuminati piensan que todo lo que pasa en el mundo es causado por la mano oscura de los Illuminati o sus secuaces, y cuando digo todo, es TODO. ¿Asesinato de JFK? Illuminatis. ¿Guerras? Illuminatis. ¿Drogas psiquiátricas? Illuminatis. ¿Terremotos? Illuminatis. ¿Crisis financieras? Illuminatis… ETC… Incluso ¿Post en Facebook desmintiéndolos? Illuminatis (o borregos, depende… suena increíble, pero ya nos han llegado varios mensajes a nuestro inbox preguntándonos si somos “Masones”, los cuales se suele asociar con los Illuminati… y no, no somos “Masones”… y si lo fuéramos ¿creen que se lo diríamos? Muajajajaja… /sigh).

Y por esto es que las grand teorías conspirativas son sólo una forma más de superstición. El pensamiento supersticioso es una forma de sentirse más en control cuando tienes poco o ningún control (como ponerse unos “calzones de buena suerte”), y el pensamiento conspiroide cumple exactamente la misma función: Es una forma de sentirse más en control o al menos sentir que se comprende más los eventos complejos, misteriosos e incluso caóticos que suceden en el mundo, el poder decir “X o Y sucedió porque los Illuminati así lo quieren, es parte de su plan” es una forma de sentirse más en control y de explicarse lo desconocido; y no difiere nada de decir “X o Y sucedió porque Dios así lo quiere, es parte de su plan.” Es simple superstición y explicaciones que realmente no explican nada.

Seguiremos con este, a mi parecer, muy interesante tema después, viendo un poco más a fondo características del pensamiento conspiroide.


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